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Ciego
Me estaba imaginando, ciego, en este antiguo hotel,
perfume de pimienta, perfume humedo.
Escalera con escalon redondeado y resbaladizo,
bordeada de lilas en flor.
La puerta carrusel insuficientemente lubricada,
que chirria a cada vuelta,
en el fondo del patio de marmòl frio,
un mostrador de latón,
una vieja campana fisurada,
la voz de ese viejo recepcionista,
su olor de humo frio.
Mi llave en la mano,
el perfume del metal acidificado por la sudoraciòn
de mi palma.
Marchando en la direccion de mi piso,
el perfume hermosamente oriental
de la que me habia precedido,
los crujidos de la escalera de madera,
la arruga de esa vieja alfombra sin blandura,
el perfume concentrado d'un ramo de rosas
sobre la mesa en el medio del camino.
Una primera puerta,
una segunda puerta,
.....el numero 63
grabado en el latòn
esta cerradura, usada y facil,
una puerta pesada
Lejia,
acidez limonada de lo limpio,
marca de la criada,
rugosidad almidonada de la sabana bien tendida
cesta de frutas, sobre la mesa, passada,
esta ruidosa vecina que canta
en el baño vecino.
Primer zapato tirado,
liberación de los dedos del pie,
efluvios de un dia largo,
sensacion de tocar el suelo otra vez
Perfume persistente del viejo mobiliario cirado y bien
cuidado,
delante de mi puerta un ruido ligero.
Golpe ligero, pero firme
la puerta se abre,
la corriente de aire me trae ese sabor especiado,
caliente, ese perfume maravilloso,
aqui esta ella .....
Gracias à Pato y Marta por sus ayudas preciosas |
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| marta posted on sábado, 22 de diciembre, 2001 - 1:29 am
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| De nada, Albert. |
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